«La besó en la calle, la roció de gasolina. Un año después, murió» (Portada de ABC, edición impresa, 7 de agosto de 2006)
Es decir, que al besar a la mujer y rociarla de gasolina cayó sobre él alguna suerte de maldición que al cabo de un año le condujo a la muerte. Porque está claro que el muerto, según el titular, fue el agresor y no la agredida.
«Los bomberos retiran la tapa de una chimenea que cayó en el centro pamplonés» (Diario de Navarra, edición digital, 8 de agosto 2006)
Los bomberos retiraron la tapa. Y, una vez efectuado su trabajo, regresaron al parque dejando la chimenea en el lugar donde había caído. Porque, según el titular, lo que cayó a la calle no fue una tapa de chimenea, sino la chimenea completa.
«Ruth Beitia a la final de altura y la Marta Mendía eliminada» (Diario de Navarra, edición digital, 8 de agosto de 2006).
Ruth Beitia ha saltado 1,92. Marta Mendía, 1,90. Dos centímetros que según el titular separan la gloria del tratamiento desconsiderado.
4 comentarios:
¿Y lo ajustadito que queda el primero en la caja, eh?
Grandes hallazgos.
He publicado hoy algo muy parecido. Qué curioso.
El tercero es importante:
"Ruth Beitia a la final de altura y la Marta Mendía eliminado".
Primero, faltan las comas. Segundo, ese artículo femenino antes de Marta (la Marta, la Pepi) es una asimetría con respecto de ellos, porque los nombres de hombre nunca se escriben con él. No se dice 'el Juanjo' (por Ibarretxe), por poner un ejemplo.
Además, suena fatal, suena a pueblo lleno de moscas.
Pues estoy de acuerdo en parte. Digo en parte porque el artículo ante el nombre es usado comúnmente en Catalunya, no tiene por qué indicar desconsideración. Para mí que el redactor de ese titular es catalán, aunque me despista que no haya puesto también "la" Ruth Beitia.
Cuando fui catalán yo también acabé usando esa forma, con el artículo, y cuando hablaba con no catalanes se me hacía extraño, me parecía que le faltaba algo al nombre. Palabrita.
Oz, dices bien: cuando 'hablabas' con no catalanes. Es la diferencia entre el lenguaje oral y el escrito, entre el coloquialismo y el mínimo de atención a la norma que debe exigirse a la prensa escrita.
Pero, en fin, ya hay por ahí un periódico gratuito que desde hace tiempo viene destilando desparpajo en sus titulares. Quizá lo ponga de moda.
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