25 de abril de 2013

Lenguaje colateral




«Hubo un tiro en la garganta». La construcción impersonal lleva a las palabras al limbo de la asepsia. Hasta ahora los tiros los disparaba alguien (sujeto) y los recibía alguien (complemento indirecto): A disparó un tiro a B. Así funciona la sintaxis. Pero esta vez el tiro parece venir de la nada e ir a parar a la garganta de nadie. Ya lo avisó Chomsky







17 de abril de 2013

Los nombres de la tragedia



La inercia a la hora de titular las noticias lleva a estas curiosas situaciones. Resulta que en el atentado de Boston ha habido tres muertos. Se sabe quiénes han sido dos de ellos pero no así la tercera, por deseo de sus familiares. Dicho de otro modo, conocemos dos nombres y nos falta por saber otro. ¿Por qué, entonces, escribir «Martin, Krystle y una estudiante china, nombres (sic) de la tragedia»? Las víctimas tienen nombre, sin duda, pero la palabra nombre no es sinónimo de la palabra víctima. Algo hemos hecho mal, a no ser que admitamos «Estudiante China» como nombre de pila. Casos más raros se han visto en las pilas bautismales. 






14 de abril de 2013

La madurez de las mayúsculas



¿Que habrán hecho los sueños para que se les niegue la tan abaratada mayúscula que sí llevan Lealtad, Amor, Patria, Futuro, Pueblo, Paz, Perpetua e incluso Carga?






11 de abril de 2013

Línea de autobuses



A la vista del aviso, uno se pregunta si no será ese el misterioso autobús que en el cuento de García Márquez atrapa accidentalmente en su interior a María de la Luz Cervantes y la deposita en un edificio siniestro donde acabará pasando el resto de su vida. También el autobús del cuento parte de Zaragoza, pero su ruta y su destino no son tan inciertos como los que se adivinan en este aviso redactado en una prosa diabólica, enloquecida, estupefaciente. Yo viajaría en tren, por si las moscas.   

(Gracias a F.O.)

8 de abril de 2013

2 de abril de 2013

El límite del límite


Contra las extralimitaciones del Gobierno, el desbordamiento de la sintaxis. Es lo justo. 

1 de abril de 2013

Ortografia compensatoria



He aquí un caso de ortografía compensatoria. A cambio de conservarles la mayúscula inicial que ya no les corresponde, les han requisado la tilde a la que tienen derecho no tanto por príncipes como por esdrújulos.