Esta mañana, a la hora del café, en el corrillo de al lado alguien comentaba que el
partido de ayer fue «
no acto (sic)
para cardiacos». Le entiendo: una final de la Liga de Campeones europea es un gran ‘acto’, de fastuosa escenografía, solemne ceremonial e intensas emociones. Pero al parecer eso ocurre también en escalas más modestas, como puede verse en la imagen. Es un comentario que hace pocos días cazó y me envió un amigo andaluz.
Me pregunto cómo habrá acabado su aventura en la Tercera División el bravo Club Deportivo Alahurino, que se jugaba toda la temporada frente al Santa Fe. En un partido dramático. A cara de perro. Y encima en el feudo lojeño.
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