Hubo fútbol el martes. Un día muy indicado, por lo belicoso que se está poniendo el juego. Hubo fútbol y gritaron otra vez por la radio, como si no les bastara con empujar y sacar de su sitio las emisiones de noticias y tertulias políticas. Al cambiar de dial uno oyó voces que le hicieron recordar las palabras del maestro:
«El locutor de radio se cree en el deber profesional de aherrojar la atención de los oyentes chillando, emocionándose él mismo, aburriéndose, indignándose, alegrándose, si quiere contagiar emoción, tedio, cólera o júbilo a quienes lo escuchan. Esto es, acentuando lo que denominamos expresividad lingüística, consistente, como el nombre indica, en expresar o excarcelar las emociones presas en el espíritu. La competencia entre emisoras hace que ese elemento expresivo haya ido adquiriendo una importancia creciente en sus transmisiones, dando lugar a tan irritante exasperación de la tensión tonal, que degrada la condición humana de muchos locutores» (Fernando Lázaro Carreter, El dardo en la palabra).
2 comentarios:
¿¿Degrada la condición humana?? A little bit too much.
...Y degrada especialmente sus cuerdas vocales. Cosas de no saber cumplir su función de locutores ni de emplear correctamente su herramienta de trabajo.
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