«Alonso entró en el taller cinco veces». En el taller. ¿Es cierto lo que leen estos ojos? ¿No era «en boxes»? Por una vez alguien devuelve a las cosas el derecho a ser llamadas con su propio nombre en el idioma correspondiente. Si además quien lo escribe es un cronista deportivo, el mérito es mayor. El automovilismo nos abruma con sus excesos anglicistas. Si no estás introducido en el cotarro, a la salida de una curva te puede atropellar cualquiera de esos pole position, graining, paddock, pit lane o chicane que corren a todas horas por sus circuitos. Sin embargo, saber que un piloto entra «en el taller», en vez de hacerlo «en boxes», alienta la esperanza de un incipiente retorno al castellano. Y no sólo recuperamos la palabra «taller», sino que además se le pone el artículo que faltaba en «entrar en [los] boxes».