Todos sabemos de programas informáticos que juegan malas pasadas con los textos. Una de las más frecuentes deriva del uso de ciertos tipos de letra que no contienen o no reconocen determinados signos. Ocurre a menudo con la letra eñe, a la que vemos convertida en un diabólico jeroglífico cuando creíamos haberla escrito correctamente. Entonces no queda otra solución que desandar el camino, renunciar a la tipografía elegida y emplear en su lugar otra que nos dé más garantías. Sin embargo en Nájera no lo han hecho así. Hace ya algún tiempo, el ayuntamiento de la histórica villa colocó estos paneles informativos de notables dimensiones en uno de los puntos más pisados por los turistas. En ellos se lee una rara transcripción de la palabra «año», y por partida doble, según señala el dedo índice del visitante en la fotografía:
Cuesta creer que los responsables municipales no se hayan percatado de la errata. Y más increíble todavía resulta que no se haya retirado el mupi teniendo en cuenta que a pocos kilómetros de aquí nació la lengua castellana. Últimamente La Rioja ha tomado el español como bandera, cosa muy legítima. Y la letra Ñ se ha convertido en una especie de símbolo de identidad que sella esa relación secular entre la región y nuestro idioma. Una muestra la ofrece el jardincillo donde flores rojas y blancas dibujan una magnífica eñe, en el parque de San Miguel de Logroño, la capital riojana:

Tanto Logroño como Nájera son paso forzoso para todo aquel que desee visitar el lugar donde fueron hallados los primeros testimonios escritos de nuestra lengua romance. Sólo por eso merecería la pena que el Gobierno de La Rioja tomase cartas en el asunto y corrigiera de una vez ese imperdonable error tipográfico.