Mostrando entradas con la etiqueta Parásito. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Parásito. Mostrar todas las entradas

10 de enero de 2010

PARÁSITO

James Ensor, El banquete del hambre, 1915.

Fuera del reino animal llamamos «parásito» al individuo molesto e indeseable que se aprovecha del trabajo de otro sin dar ni golpe, que vive a expensas del sudor ajeno y que manifiesta una extrema habilidad a la hora de arrimarse a los buenos, es decir, a aquellos de quienes puede obtener mayor beneficio. Es, claro está, una metáfora sacada de la zoología. No sin acierto, pues los parásitos humanos actúan a semejanza de piojos, lombrices, termitas y otros simpáticos bichitos. Pero el origen de la palabra «parásito» es más honroso. Viene del griego «parasitós», voz formada a partir del prefijo «para» (junto a) y el lexema «sitos» (trigo). El término se aplicó inicialmente a ciertos empleados públicos de alto rango a quienes se encomendaba el control de las cosechas de cereal y de la elaboración del pan, dos de los pilares de la economía del Estado y del bienestar de sus ciudadanos. Por la importancia de su misión y por la fama de hombres íntegros que les acompañaba, los «parásitos» gozaban del máximo reconocimiento social, lo cual les llevó a ocuparse también de la preparación de banquetes rituales. Al «parasitós» se le atribuía un exquisito buen gusto y un paladar digno del mayor sibarita. De ahí surgió la tendencia a llamar «parásito» al invitado en la mesa, y, más tarde, a cualquier comensal. Pero, dado que los invitados comen a costa de otros, «parásito» fue poco a poco deslizándose hacia el territorio semántico de lo que hoy llamaríamos «gorrón». Es decir, que de un vocablo elogioso salió una acepción despectiva y envilecida. El capricho de los cambios de significado hizo que el funcionario de prestigio se transformara con el tiempo en un despreciable aprovechado. Alguien dirá que las palabras hacen justicia poética, sobre todo al ver la alegría con que algunos cargos públicos manejan su visa oro.

Publicado en el suplemento cultural 'Territorios', de El Correo, 9.01.2010.