8 de enero de 2012

En torno al entorno

En rigor, el «entorno» de una cosa excluye a la cosa. Al hablar del entorno de una ciudad nos referimos a su extrarradio, a la periferia, a los aledaños, pero nunca a sus barrios céntricos. El entorno de una persona son sus amigos y familiares y sus relaciones sociales, pero no la persona misma. Es lo mismo que «ámbito» en la primera de sus acepciones: ‘contorno o perímetro de un espacio o lugar’; la salvedad reside en que por «ámbito» se entiende también el ‘espacio comprendido dentro de límites determinados’, una ampliación semántica que los diccionarios no registran para «entorno». De modo que, así como podemos referirnos al «ámbito familiar» como sinónimo de «familia», en rigor no decimos lo mismo con «el entorno familiar», que vendría a ser la parte menos cercana de la familia y no su sinónimo eufemístico, y mucho menos el «núcleo» familiar. «Entorno» se ha convertido en una palabra de moda propensa a otras incorrecciones más graves que esta. La vemos usurpando el papel de la locución preposicional «en torno» (que se escribe en dos palabras separadas) en expresiones del tipo «el déficit se sitúa en el entorno de los ocho puntos», «la sesión se cerrará en el entorno de las tres» o «percibe un salario en el entorno de los mil euros». Es una construcción afectada que debe evitarse, por errónea y también por innecesaria, pues la lengua dispone de un sinfín de procedimientos para expresar la aproximación, desde locuciones como «en torno a» o «alrededor de» («la sesión se cerrará alrededor de las tres») hasta el indefinido «unos» («percibe un salario de unos mil euros») y fórmulas adverbiales del tipo «aproximadamente», «más o menos», etcétera.




1 comentario:

jaramos.g dijo...

Oportuno, claro y completo este nuevo artículo. Salud(os).