25 de diciembre de 2011

Hacer la cama













(hoy.es, 16.11.11)


Usada en sentido figurado, la locución «hacer la cama» acompañada de un complemento indirecto de persona viene a indicar que alguien ha puesto una trampa a otro para perjudicarle. Los jugadores de un equipo de fútbol le hacen la cama al míster hasta lograr su destitución, y el envidioso le hace la cama al colega o al compañero cuyo puesto aspira a ocupar sembrando rumores calumniosos acerca de él. No es una expresión moderna, ni tampoco tiene un origen coloquial como se cree. Ya se encuentra en el ‘Tesoro’ de Covarrubias (1611), quien le da el significado de ‘disponer y facilitar un negocio’. Se entiende que al «hacer la cama» estamos allanando el camino para llegar a una meta, estamos poniendo los medios para alcanzar más fácilmente el resultado pretendido. Pero de este significado inicialmente favorable se pasará pronto al más negativo, por efecto de la ironía. Y así el Diccionario de Autoridades del XVIII recoge un uso del ámbito judicial, según el cual «cuando se quiere proceder contra algún reo para corregirle o castigarle, se dice: Ya se le está haciendo la cama, o se le tiene hecha la cama». En el sentido que se le da hoy a la locución, no solamente expresa la disposición de medios con los que causar un daño, sino que agrega la idea de ocultación y secreto. Para «hacer la cama» es preciso actuar sigilosamente, a escondidas o a traición, procurando que el afectado no se percate de las celadas que le tienden hasta que finalmente cae víctima del engaño. Por eso es frecuente oírlo en primera persona («me están haciendo la cama») en boca de quienes creen estar siendo objeto de complots, conspiraciones y tramas ocultas. 

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