24 de abril de 2007

Un camello instruido


Supongo que la reproducción de tan formidable escrito está circulando ya por todas partes, pero ¿cómo no rendir en este escaparate de las palabras un sincero homenaje a semejante prodigio verbal, a una joya de la gramática, a una maravilla de la ortografía como esta?


(El País, edición de Barcelona, 24.4.07)

11 comentarios:

momodice dijo...

¿Prodigio verbal?
Es un prodigio de la publicidad.

Anónimo dijo...

Habría que ver qué tal escribían sin ayuda del corrector de Word los periodistas que con tanta sorna han presentado este notición.

Anónimo dijo...

Bueno. No sé si entrar a eso. Vale, entro. Me gustaría saber quién es ese empollón integrista que se cree que puede haber en el mundo algún periodista que escriba de esa manera o pero aún. Y aunque así fuera.
De todas las tribus-sagas que conozco, los periodistas somos los que 'menos mal' (y menos mal que es así) escribimos.

Anónimo dijo...

Estoy con ulukea... -vaya apodos que nos buscamos-. Una cosa es amonestar al periodista y ponerlo en la picota cuando comete errores y otra muy distinta atribuirle los peores delitos contra el idioma. El toque está en que el periodista ejerce bastante influencia en los usos de los hablantes, a diferencia del camello que sólo influye en los hábitos de consumo de la infancia y juventud del barrio.

Y también es verdad que mucha de la mejor literatura está hoy en el periodismo. Hay plumillas que lo bordan, sin discusión. Pero este es otro tema.

Anónimo dijo...

Estaba siendo irónico, ¿no es evidente? Ya sé que los periodistas no escriben tan mal, aunque hay muchos que tampoco se pueda decir que escriban bien.

Lo que me parece más criticable es que se haya concedido tanta importancia a la noticia de este pobre desgraciado, que pusieron en todos los informativos a menos de 5 minutos del comienzo, con evidentes tintes de cachondeo.

Luego esos mismos periodistas se echan las manos a la cabeza cuando alguien encuentra un gazapo en sus artículos.

Anónimo dijo...

Un día deberías escribir algo sobre el curioso significado que en los últimos treinta y tantos años ha adquirido la palabra "saga", que, que yo sepa, originalmente se refería a un poema épico vikingo, o cosa así, y que ya todo el mundo usa para referirse a "estirpe", "familia" o, en general "conjunto de gente que tiene algo en común". (Véase la "tribu-saga" del comentario de ulukeahikioir, líneas arriba.)

Es uno de los cambios semánticos más llamativos de los que he sido testigo, y, desde mi punto de vista, también de los más irritantemente inútiles e injustificados.

Anónimo dijo...

Tiene razón Vanbrugh. Tomo nota.

Un saludo

Mrs.Doyle dijo...

Estoy con Lucía: es un prodigio de la publicidad.

alvarhillo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
alvarhillo dijo...

Jmr, yo también lo he puesto.
Es una joya que haría las delicias del añorado Luís Carandell.
En dos palabras es in-conmensurable

Anónimo dijo...

Me extraña que nadie comente el fondo del asunto (la suprema estupidez del tipo: publicitar un delito) antes que las faltas de ortografía. Y más aún me sorprende que a nadie le haya llamado la atención este fragmento del artículo de El País (sic):

"(...)"Es una persona analfabeta; no es que simule que no sabe escribir, es que no sabe escribir", explica un portavoz de policial.

La hoja en cuestión es prolijo en detalles (...)"

¿Quién sabe escribir qué? ¿El periodista (sí, el periodista)?
CS