7 de marzo de 2007

*Teätro


Calderón de la Barca fue un adelantado de las artes escénicas. Aparte de reconocer el valor de sus piezas más celebradas, algunos le consideran el precursor del teatro musical español. Por eso, si Calderón levantara la cabeza no se disgustaría al ver que en el teatro madrileño que lleva su nombre se estrenan montajes de pop y rock. Tal vez tampoco le importase demasiado el reciente cambio de denominación del local, que ahora le hermana con una conocida marca de helados. Es el signo de los tiempos. Pero lo que don Pedro Calderón de la Barca no habría consentido en modo alguno es que en los rótulos luminosos de ese teatro se leyera Teätro.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Es una moda? Hace poco hablabas del festiväl de Málaga.
Siempre en la a.

Anónimo dijo...

Conviene recordar que el nombre de esta marca son dos palabras supuestamente suecas pero que, al igual que "teätro" no tienen ningún significado ni pronunciación posible en ese idioma.

Miguel Carvajal dijo...

Eso de la diéresis, efectivamente, es típico de diseñador. Suelen tener al diseño sueco, escandinavo por extensión, como referente. En este caso, además, se hace para asociar la palabra a la marca patrocinadora. En cualquier caso, una licencia artística contraproducente para la corrección lingüística.

Anónimo dijo...

Es cierto, Tyrexito. La firma es estadounidense. Cuando creó su nombre de marca trató de buscar una palabra con resonancias gráficas "europeas" (no sólo suecas: escandinavas, nórdicas, algo así) y por eso incluyó una ä. Algo habría que decir también de las terminaciones en -gen y en -asz, que responden a lo mismo. No significa nada, no es tampoco un apellido del propietario. Por eso tiene más delito que hayan llevado la diéresis a la "a" de teatro, para adueñarse comercialmente de la palabra.

Peter: me temo que sí es una moda, pero más extensa. Se trata de convertir los signos de escritura en pura tipografía de marca y de logotipo. Vendrán más casos y más atrevidos todavía. Al tiempo.

momodice dijo...

Me han dejado helada.

momodice dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Mrs.Doyle dijo...

Me recuerda al "binomio imposible" de Rodari. ¿Qué pensaría Calderón?

En una ocasión leí una entrevista a una diseñadora local que firmaba su apellido como Bärros y decía, al ser preguntada sobre la diéresis, que era un modo de ilustrar que en su equipo son dos.

En fin, que supongo que son los publicistas los que encuentran un atractivo especial en la simbología que encierra la diéresis...

la aguja dijo...

Mrs.Doyle, llama usted muy eufemísticamente “atractivo especial” a lo que no es más que una moda. Y que como todas las modas será pasajera. Al final la diseñadora Bärros trocará su dualismo en Baarros. Total, si es para reflejar que son dos… (¡Pero si ya tiene dos erres!). Un saludo.

Anónimo dijo...

Dejando al margen el hecho de que una marca de helados dé nombre a un teatro (o, ya puestos, que el capo del BBVA se pague un homenaje a sí mismo y le vendan el saque de honor del Barça-Madrid), dejando a un lado que con dinero ya se pueden comprar saques de honor, nombres de teatros y estadios...

...no me parece mal que cada uno haga con su logotipo lo que le dé la gana. Aunque incluya texto, el logotipo es una imagen. Y si alguien inventa una marca y quiere dárselas de vikingo, me parece estupendo que atraviese la o con una barra diagonal y que utilice los signos y los diseños que le dé la gana, como si pone las letras al revés y muchas kas en vez de ces y cus porque le parece más escandinavo.

El problema no es que en el texto incluido en un logotipo se rompan las reglas de la ortografía. Lo malo es dejar que el rótulo de un teatro sea sustituido por un logotipo. Que donde debería ir un texto vaya un logotipo.

(Supongo que en este asunto nuestro empecinado amigo Nahum
sin tilde -¡qué suerte, tener un nombre tuneado!- estará de mi parte).

Anónimo dijo...

Ander, la palabra "teatro" no es un logotipo, ni siquiera en este caso. Es un nombre común que significa lo que significa y se escribe de acuerdo con la ortografía del castellano.

En cualquier caso, la discusión sobre si un logotipo debe o no respetar la ortografía de la palabra que contiene nos llevaría muy lejos. No se puede ventilar en dos líneas.