Un día tan señalado merecía una carta así de brillante. Aparte de la hondura del contenido, se ve que el autor ha dado lo mejor de sí mismo esmerando la prosa, escribiendo en un castellano preciso a la par que elegante, pulcro a la vez que diáfano, observando la máxima corrección en el empleo del idioma. En una palabra: magistral. No podía ser menos en el día de los maestros.
6 comentarios:
Va de coña, no?
¡Vaya! El autor -uno de los asesores de ZP- está haciendo la competencia al Rey en su discurso navideño ;D
Muchísimos errores. Muchísimos. ¿A dónde va, ZP?
Yo no llamaría magistral a algo que, simplemente, está bien escrito, sin más.
Magistral sería si además dijera algo y no fuera un cúmulo de vaguedades.
Tu comentario es SEXO ORAL.
Anden, no me tomen el pelo. Quitando veinte o treinta tópicos, otras tantas imprecisiones léxicas, varios pleonasmos, diez o doce expresiones huecas y algún descuido gramatical, el artículo es soberbio. Digno de un Presidente -si no del Gobierno, sí por lo menos de una Comunidad de vecinos-. Por eso lo traje aquí. Mucha mala uva es lo que hay.
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