Si nadie dice «antiguos maravedíes» ni «antiguos doblones», ¿por qué aplicar el adjetivo a otra moneda que también ha sido retirada de la circulación –aunque más recientemente- como es la peseta? Pero el sintagma parece condenado a perpetuarse. Se diría que nadie es capaz de hablar hoy en día de la unidad monetaria española del siglo pasado sin referirse a ella como «las antiguas pesetas». Como si existiesen unas «pesetas modernas» que hubieran venido a ocupar el lugar de las anteriores. El empleo enfático y redundante del epíteto tiene, sin embargo, una explicación de orden psicológico. Para algunos es la manifestación arrogante de menosprecio respecto de un tiempo pasado. Pero mucha gente acostumbra todavía a traducir a pesetas los precios en euros porque necesita la equivalencia para poder dar el valor exacto a las magnitudes medidas en la nueva moneda. Seiscientos euros son cien mil pesetas, treinta valen lo mismo que cinco mil. Esa operación mental no siempre se expresa en voz alta. Con mayor o menor esfuerzo, el viejo intenta disimular que sus escalas pertenecen a otra época, que no consigue ponerse del todo al día, que está condenado a cargar de por vida con una calculadora imaginaria que convierta los euros en pesetas y a la inversa. Pero otras veces la palabra «peseta» se nos escapa de la boca como una confesión delatora de pertenencia a un tiempo pretérito. Y entonces nos apresuramos a añadir «antiguas» para así parecer más actuales. Hay varias generaciones de españoles educados en la peseta que nunca lograrán desprenderse de su sombra, y para quienes el innecesario apéndice de «antiguas» ayuda a quitarse edad. Tal vez ahí esté la clave.
Publicado en el suplemento cultural 'Territorios' de El Correo, 10 octubre 2009.
5 comentarios:
UN ANUNCIO QUE HE VISTO DE UNA CASA DE APUESTAS:
Euromillones 59.000.000
Este viernes se sortearán casi 10.000 millones de las antiguas pesetas. Juega por internet de manera, cómoda y segura. Jugar aquí.
A mí me fascina que todavía siga habiendo mucho premios institucionales que siguen siendo múltiplos de seis delatando que el que fijó la cantidad tradujo de una cantidad ideada originalmente en pesetas.
Una divertida conversación que escuché hace pocos meses en un bar entre dos amigos.
-¿Cuánto dinero quieres que te deje? ¿50?
-Déjame mejor 60, que es una cantidad más redonda.
Muy bueno, Mauro. Es verdad que mentalmente los 60 euros son un número más 'redondo' que los 50.
Sobre algo parecido comenté en http://www.casdeiro.info/patada/?p=456
Acabo de descubrir este blog y me está gustando.
Yo creo que el motivo es que, cuando entraron los euros, los políticos y periodistas querían seguir hablando de pesetas para que la gente les entendiera, pero no lo hacían porque parecería que no se aclaraban con los nuevos tiempos. Por eso se empezó a decir lo de "antiguas pesetas", y ya ha quedado como coletilla.
Otra posibilidad es que se diga eso de "antiguas pesetas" para no confundirlas con las pesetas saharauis, todavía en uso aunque no de forma oficial:
http://las-moneditas.blogspot.com/2009/11/20-pesetas-del-sahara.html
saludos,
Adolfo
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