He aquí un titular audaz, inusitado, de impacto, que desafía las reglas de uso del idioma. Me enteré de él gracias a C. C., justamente cuando acababa yo de enviar para su publicación el artículo que viene más abajo. No creo que haga falta decir mucho más:
COLOQUIALISMO
Pocos años atrás el hablante medio aún sabía cambiar de registro según las situaciones en que se encontrara. Era consciente de que no se puede usar el mismo tono en una conversación informal y en una entrevista de trabajo, y de que tampoco los términos empleados para comunicarse con los amigos en el bar son recomendables en la defensa de una tesis doctoral. La riqueza de un idioma se mide entre otras cosas por su capacidad de ofrecer variantes diversas para cada circunstancia. De un tiempo a esta parte, sin embargo, se van rompiendo las barreras entre los distintos niveles de uso. Tan pronto encontramos un titular de prensa redactado en alegres términos de argot como oímos a un profesor que en sus clases combina la preceptiva jerga académica con giros y modismos decididamente vulgares. Hay quien cree que un taco soltado en mitad de una noticia radiofónica pone color al relato. En las cámaras parlamentarias suenan con frecuencia voces importadas de los graderíos. Y la Universidad ha abierto las puertas de sus aulas y sus departamentos a expresiones que antes sólo empleaba la gente del bronce. El coloquialismo ha ido penetrando en los registros científicos, en el habla culta, en la lengua del periodismo hablado y escrito e incluso en los usos administrativos. ¿Igualitarismo mal entendido? ¿Economía de medios? ¿Pura y simple ignorancia? Quién sabe. El hecho comprobado es que el idioma va perdiendo sus matices, y al hacerlo se priva de recursos para resolver situaciones diferentes al tiempo que engendra equívocos y malentendidos por doquier. Nos queda el consuelo de saber que a cambio dentro de poco todos rebuznaremos de forma semejante.
Publicado en el suplemento cultural 'Territorios' de El Correo, 17.10.09.
14 comentarios:
Jajaja. Tenían que haber puesto "Se escoña un cacho del cacharro", para redondear el titular.
Otro caso similar: http://breu.bulma.net/?l10489
Que tristemente cierto lo que dices o como diría el burro ihooo ihooo ihooo
Queda impactante, pero la palabra existe y tiene un significado válido según el diccionario.
«1. tr. Romper, estropear. U. t. c. prnl.
2. tr. Hacer fracasar. U. t. c. prnl. Se escoñó el invento.
3. prnl. Hacerse daño.»
Saludos
Con permiso, reproduzco tu artículo en mi blog.
A ver, Dayer. El DRAE no es un diccionario de uso. No explica cuándo y cómo ha de emplearse un término, sino que se limita a registrarlo aclarando su significado. Por tanto, el argumento de "está en el diccionario" carece de valor a la hora de fijar criterios de adecuación léxica.
Pero, dicho esto, la última palabra académica no está en el DRAE sino en el Diccionario Esencial del Español, más reciente, donde de forma expresa se incluye la anotación "malson." para 'escoñar' y sus derivados. Estoy seguro de que no apruebas un titular de prensa con términos malsonantes.
Un saludo.
A ver, Dayer. El DRAE no es un diccionario de uso. No explica cuándo y cómo ha de emplearse un término, sino que se limita a registrarlo aclarando su significado. Por tanto, el argumento de "está en el diccionario" carece de valor a la hora de fijar criterios de adecuación léxica.
Pero, dicho esto, la última palabra académica no está en el DRAE sino en el Diccionario Esencial del Español, más reciente, donde de forma expresa se incluye la anotación "malson." para 'escoñar' y sus derivados. Estoy seguro de que no apruebas un titular de prensa con términos malsonantes.
Un saludo.
Lamento discrepar en lo de última palabra académica, pues el Diccionario Esencial del Español, como dice el título, se supone «esencial», y de hecho cuenta con menos términos que el DRAE.
Otra cosa, que sí comparto, es que es más actual, aunque tengo mis dudas de si lo es más que la versión electrónica del DRAE. En las cifras de actualización de este último dice: «La página electrónica del Diccionario de la Academia incorpora, a partir de octubre de 2007, las 4618 modificaciones aprobadas por la Corporación después del 24 de junio de 2004 y antes del 13 de diciembre de 2006». Aunque desconozco si el Esencial es posterior al 13 de diciembre de 2006, es posible.
Por cierto, habría entonces que cambiar en la Wikipedia donde expone sobre el DRAE: «Es considerado como el principal diccionario y autoridad de consulta del español», y que se dejara de hacer referencia a él en algunas sentencias judiciales y otros papeles de carácter oficial, ¿no crees?
Un saludo
Ah, que se me olvidada. En lo de malsonante coincido. Cada vez creo que hay más gente que desconoce el alcance y hasta donde se pueden emplear algunas palabras, como esta.
Un saludo.
hubo un tiempo en que la lengua y el mundo estaban ordenados, sentíase impelido el docto a prodigarse en cultismos, el cheli en chamullar guapo, el vulgo en tirar de refranero, y así los lingüistas estructuralistas podían hablar sólidamente de ejes diafásicos y distráticos de la lengua con la puridad de las categorías sólidas e inmutables.
pero el mundo ha cambiado y la actual sociolingüística sólo puede levantar acta de esa mudanza: anotar anglicismos, sopesar la coloquialización... ya no hay un sitio para cada cosa y una palabra para cada ocasión.
es pérdida? es ganancia? si no se es sbsolutista se es relativista, y eso da lugar a que cada quien valore.
Para mi lo importante es que el mensaje llegue con precisión y sea bien entendido por la mayoria de aqulelos a quienes este pueda concernir. La coloquialidad agrega el humano suplemento de la emoción y el lenguaje "de etiqueta" me parece una ridiculez. Los terminos cientificos, son útiles cuando no pueden se remplazados por ningún otra palabra ya existente y para que quienes trabajan con ellos no se chalen en el momento de clasificar cacharros.
S. M. L. R. Katia SudaKa
Encantada de conocer el verbo escoñarse.
En eso son uno genios los españoles (en inventar verbos con estilo inigualable)
Acabo de descubir que el que es ignorante es el que tomó la palabra escoñarse por un termino coloquial. (Yo también)
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