Martes negro. La de chistes verbales que no habrán circulado y circularán a propósito del origen étnico de Obama. Este periódico argentino jugó en su portada con las cartas marcadas de la polisemia. Si salía vencedor, el negro era el color de la piel; si salía derrotado, el negro era el color del fracaso. En fin: así se hace el nuevo periodismo.
4 comentarios:
Salvo que consideren una tragedia la victoria de Obama, la metaforilla no sirve porque uno de los dos sentidos no funciona. El escurridizo paso del ingenio al chistecito malo.
Aunque el titular inferior es casi más contradictorio. "Voy a fijar pautas de disciplina", dice ¡Maradona!
¿Quién nos ha dicho a los periodistas que los lectores esperan chistes en nuestros textos? Hay algunos que confunden el ingenio con el chiste fácil o el juego de palabras estúpido y sin contenido. De ahí vienen los problemas.
Esa es la pregunta, César. ¿Qué esperan ver los lectores? ¿En qué registro hay que dirigirse a ellos cuando se hace periodismo de información? El ingenio es una virtud, pero quizá haya que guardarla para otros géneros y otras situaciones comunicativas donde el pacto emisor-receptor consienta la frescura, la ocurrencia, el gracejo. Fuera de esos casos, sospecho que los lectores se sienten menospreciados cuando se encuentran con cosas así. Contra lo que parece creerse en algunas redacciones de periódico, lo que más agrada al lector es la información rigurosa, precisa, clara, coherente y expresada en un buen castellano. Chistes, los justos.
Lo peor es que eso no se le ha ocurrido a un "graciosillo" y ¡hala! va y lo escribe, sin más; es de suponer que ha tenido que pasar por diversos filtros y responsables. Es terrible imaginar a todos y cada uno de ellos muertos de la risa: "ja, ja, ja... ¡qué ocurrente es este Pelaez!".
(Qué pena que no haya aparecido la Reina de Corazones ordenando: ¡Qué le corten la cabeza!)
Todo sea dicho desde el cariño y el respeto por los Peláez, añado.
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