Hay una acepción del sustantivo «tipo» que equivale a «persona», o más exactamente a «hombre»: «Es un tipo extraordinario», «Aquel tipo nos indicó la dirección del aeropuerto», «No me fío de los tipos que no te miran a la cara». Hasta hace relativamente poco tiempo, se trataba de un término más bien despectivo aunque dignificado por el cine y la literatura, que quedaba a medio camino entre la delincuencia y la virilidad. El «tipo» por antonomasia era el «tipo duro», el personaje patibulario pero a la vez atractivo, el hampón con cierto encanto. Pero hoy su extensión semántica se ha ampliado hasta servir para toda clase de hombres –no hay «tipas» en femenino, salvo en niveles de habla muy coloquiales- y en cualquier situación comunicativa o ámbito de uso. La palabra parece haber perdido sus connotaciones negativas y tan pronto puede servir para el elogio como para el denuesto o la simple definición. De hecho, se ha convertido en un término de moda que ya se lee y se oye por doquier. Sin embargo, cuando nos hablan de alguien llamándole «tipo» y no «hombre» da la impresión de que lo deshumanizan, que lo arrancan de su individualidad para convertirlo en personaje de novela negra, que establecen una especie de distancia afectiva respecto a él. Lo que se enfatiza realmente no es la cualidad («un buen tipo») o el defecto («ese tipo despreciable») de la persona referida, sino la posición del hablante que emplea el lenguaje componiendo la figura, con esa afectación de quien se coloca por encima de la realidad y de los demás, como si el tipo verdaderamente duro fuera él y no el nombrado.
(Publicado en 'Juego de palabras', del suplemento cultural 'Territorios' de El Correo, 5.9.07)
2 comentarios:
Creo que "tipa" se utiliza desde hace muchísimo tiempo y no sólo en niveles de habla "muy coloquiales". Una búsqueda en internet produce cientos de miles de resultados, aparece en muchas obras de cultura popular (ahora mismo se me ocurren varios tangos) y hasta en el diccionario de la RAE como sinónimo despectivo de mujer.
Yo creo que ya no tiene ningún matiz peyorativo. Despectivo es tiparraco, pero tipo es neutro
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