«Si algun [sic] dia [sic] tengo hijos, los educare [sic] como me han educado a mi [sic]». Faltaría más. Pero el derecho materno a la elección de la enseñanza de sus hijos debiera extenderse a las bofetadas ortográficas y gramaticales. ¿Cuántos azotes cuesta un «porque» que suplanta a un «por qué»? ¿Y un «me e portado mal»? Ah, aquellos viejos dómines de la vara de fresno.
2 comentarios:
¿Las cartas al director no pasan por un corrector?
Corregir una carta al director es eliminar información, sobre todo cuando se recortan trozos "por falta de espacio". En este caso corregir las faltas sería eliminar información sobre el "estilo informal" de la remitente... XD
Desconozco el criterio, pero opino que no se deberían alterar.
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