Gabino Ramos, que es autoridad en la materia por partida doble, propone dar un tirón de orejas a ciertos gremios. Aquí dejo el recorte de una entrevista en el Diario de Burgos:
—No parece que corran buenos tiempos para la oratoria política... Escuchándoles [a los políticos] da la impresión de que no suelen recurrir mucho al diccionario.
—No se puede generalizar, pero hay que reconocer que muchos de nuestros políticos son ‘semianalfabetos lingüísticos’. No creo que consulten muchos diccionarios.
—¿Qué me dice de los medios de comunicación?
—Creo que son aceptables, nada más. Deberían procurar hacerlo mejor, esforzarse por acercarse lo más posible al nivel de las personas cultas. Todos merecemos un tirón de orejas. Reconozco que es muy difícil ponerse delante de un micrófono y hacerlo siempre bien. Hay que ser indulgentes. La gran amenaza para nuestro idioma son esos programas que no quiero nombrar y que son el escaparate más espantoso de la zafiedad y de múltiples coces al diccionario.
(La foto, de Patricia)
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