5 de abril de 2010

Palabra de cine


Si nuestros mayores subrayaban las situaciones de la vida con frases extraídas del Tenorio o La vida es sueño, nosotros nos abastecemos de citas textuales de La guerra de las Galaxias o Lo que el viento se llevó. También en esto la cultura del cine ha desbancado a la del teatro. José Luis Borau ha dado fe de ello en su último libro: Palabra de cine. El realizador aragonés explica cómo las expresiones del celuloide han penetrado en el habla de la época más allá de lo que imaginábamos, hasta el punto de que ya no es posible exclamar «Nadie es perfecto» sin que al fondo se vislumbre la peluca de Jack Lemmon en Con faldas y a lo loco, ni resistirse a la tentación de soltar un consolador «Siempre nos quedará París» para afrontar las adversidades como Humphrey Bogart en Casablanca, ni dejar de recordar a E. T. cada vez que alguien recuerda su hogar con un nostálgico «Mi casa». Tan hondo están muchas frases del cine instaladas en nuestro inconsciente, que a algunas les sucede lo mismo que a otras de origen literario: que el uso las ha pervertido. Y así, igual que Cervantes jamás puso en boca de su hidalgo aquello de «Con la Iglesia hemos topado», tampoco Ingrid Bergman dice al pianista «Tócala otra vez, Sam». El celuloide forma parte no sólo de nuestra memoria sentimental, sino de la memoria lingüística de varias generaciones. Unas decían cosas como «no te enrolles, Charles Boyer» o «a Dios pongo por testigo de que jamás volveré a pasar hambre», y otras han incorporado a la comunicación cotidiana «Este puede ser el comienzo de una buena amistad», «¡Más madera!» o «Que la fuerza te acompañe». El idioma siempre se ha nutrido de los entretenimientos populares, desde los juegos de azar hasta la tauromaquia y desde las representaciones teatrales hasta el fútbol. El cine, como demuestra Borau en su libro, no podía faltar a la norma.

Publicado en el suplemento cultural 'Territorios' de El Correo, 27.03.2010.

1 comentario:

Anónimo dijo...

"Topado", lo que se dice "topado", no, pero cerca anduvo