9 de julio de 2006

EN PRIMERA PERSONA


No es lo mismo decir «se lo comuniqué en persona» que «se lo llevaré en persona». Aunque sean construcciones idénticas, la locución «en persona» se refiere, en el primer caso, al objeto o destinatario de la acción (la persona a quien va dirigida la comunicación). En cambio en el segundo la insistencia recae en el sujeto (‘lo llevaré yo mismo’), aunque el complemento también pueda quedar abarcado en la idea de «en persona».

Se trata, no obstante, de una fórmula imprecisa. Equivale a «personalmente», pero no siempre sirve para sustituirla. Piénsese en usos redundantes como «Yo, personalmente, no comparto esa opinión», donde sería inapropiado recurrir al «en persona» en lugar de «personalmente». En enunciados como «Pudimos ver al Papa en persona» adquiere más precisión: da a entender que se ha visto al Papa en carne y hueso, en presencia viva, y no en retrato o en la pantalla. También se usa «en persona» para referirse a la comunicación directa, en oposición a la escrita o la efectuada a través de intermediarios: «Prefiero hablar con ella en persona».

Lo que resulta de todo punto inadmisible es la cada vez más frecuente añadidura del numeral «primera», con el que algunos tratan de dar mayor énfasis a sus afirmaciones: «Juro que lo vi en primera persona». La primera persona es un concepto gramatical, como lo son la segunda y la tercera. Así que en rigor habría que decir algo tan estrafalario como «Yo, en primera persona, lo vi [ello o a él] en tercera persona». Bien es verdad que siempre se puede adornar más el disparate y hablar como aquel predicador a sus fieles: «Me dirijo a vosotros en primeras personas humanas».

Publicado en 'Juego de palabras', del suplemento cultural 'Territorios' de El Correo, 5.7.06.