Antiguamente lo mejor de la tauromaquia eran sus cronistas. El estilo, vivo. El léxico, variado y preciso. La prosa, elegante incluso cuando se deslizaba hacia el casticismo. La mayoría de las crónicas taurinas de hoy están fraguadas con una prosa tan diabólica que parecen destinadas a hacernos compartir el sufrimiento de los animales: ellos, acribillados por los yerros del torero y su cuadrilla; nosotros, testigos de los estragos que se cometen con el idioma. Lo de aquí arriba es una simple muestra. No solamente llaman la atención esos *trayazos del titular, sino que la entradilla, el pie de foto y casi todo el cuerpo del texto piden a gritos el aviso de la presidencia y hasta la sanción gubernativa para el siniestro, mejor que diestro.
(Diario Marca, 22 de agosto de 2007)
7 comentarios:
Creo que habría sido mucho más fácil dar con grandes cronistas de toros, que escriben de maravilla, como dices que se escribía antiguamente, que con ese ejemplo. Pero lo feo, además en titular, se ve mucho antes.
Un día de estos, y sobre esa misma feria, Barquerito escribió que fue tarde "atormentada, intempestiva y tormentosa". Era también un buen ejemplo para traer. Digo, es un decir.
Cuando los patinazos son en el titular, doy el beneficio de la duda al periodista que firma. Porque a veces uno manda el texto a la redacción y allí, sin hacer ninguna consulta, le cambian el título (y de vez en cuando lo destrozan o incluyen algo erróneo). A mí este verano no me han incluido faltas de ortografía, pero me han hecho algún cambio que... puf. Me han cambiado abades por alcaldes -¡anda!-, me han hecho caminar sobre las aguas allá donde yo sólo pisaba tierra... Bueno, no se habrá dado cuenta casi nadie.
Ander, es posible que tengas razón y el titular no haya sido escrito por el autor. A todos nos ha pasado alguna vez. Lo que pasa es que el texto de la crónica también se las trae, así que me temo que el tan balompédico "trallazo" (con o sin y) no es ajeno al autor.
Lucía, por supuesto que hay excepciones y Barquerito es una de ellas. Pero el nivel literario de los cronistas taurinos ha caído en picado. Si los futboleros dan patadas al diccionario, éstos pegan puyazos al idioma. Los peores son los de la escuela creativa, que tratan de imitar a maestros del género cuando carecen de la cultura, el humor y la destreza de aquellos. Sé de lo que hablo porque les sigo la pista y guardo las pruebas.
Me parece que es un síntoma más de la caída general del nivel en los medios. En los diarios aún –por extraño que parezca visto desde fuera– se cuidan un poco más las cosas, pero los disparates que se oyen en radio y televisión son continuos.
Yo creo que el "desconocimiento" de la lengua es algo que comparten todos los sectores de la sociedad. Quizás nos fijamos más en los medios de comunicación porque llegan a un mayor número de gente, pero esto también está presente en las aulas, en los hospitales, en los juzgados,...
...y lo que es peor cuando algo incorrecto se extiende... al final acaba siendo correcto...
El lenguaje taurino es bello, muy bello y debemos sentirnos orgullosos de aquellos que lo hicieron cultura.
Lleva razón Yoffy. Orgullosos de aquellos que lo hicieron cultura y avergonzados de quienes lo están haciendo parodia. El Defensor del Lector de El País lo decía a media voz este domingo en su columna.
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