26 de julio de 2007

Herramienta


Un concejal donostiarra -omitamos el nombre y el partido: quedémonos con el pecado- exhortó días pasados a los terroristas a renegar de su humanitaria actividad y pasarse a las filas de los demócratas. Lo hizo en una declaración escrita donde podía invitaba a todos los «enemistados con la paz» a «abandonar cualquier herramienta sinónima de violencia». Bonita perífrasis ésta de «herramienta sinónima de violencia». Su mayor cualidad es la plusmarca de alargamiento que ha conseguido batir: tres palabras y doce sílabas para algo que se podría decir con una palabra bisílaba. Con «armas» hubiera bastado. Abandonar las armas, eso es. Un arma es cualquier objeto que sirve para atacar, herir, matar o defenderse, según María Moliner. Pero el concejal quizá temió herir la sensibilidad de alguien si pronunciaba el crudo bisílabo y en su lugar prefirió recurrir a un circunloquio de aspecto casi científico, más neutro, incluso más profesional. Porque las «herramientas» se alejan de la esfera del crimen para introducirse en la del oficio. Es lo que ya hacían los delincuentes de antaño, que en su argot llamaban «herramienta» a la navaja cabritera, a modo de reivindicación de su actividad como una de las bellas artes. Y no quedó ahí la cosa. El fino concejal quiso ir aún más lejos y redondear su operación cosmética con un complemento imposible en recta gramática. «Herramienta» puede ser sinónimo de «útil», «utensilio» o «aparato», que son nombres concretos; nunca de un abstracto como «violencia». Pero ya se sabe que los caminos del eufemismo son extraños y sinuosos.

Publicado en 'Juego de palabras', del suplemento cultural Territorios de El Correo, 18.7.07.

2 comentarios:

Ander Izagirre dijo...

"Por leve que sea", termina. Que dejen las pistolas y las bombas, pero que dejen también los cortauñas y los discos de vinilo. ("Te desollaré con un disco afilado / de los Rolling Stones o de los Shadows", Bailaré sobre tu tumba, ST)

Anónimo dijo...

En ese ámbito abunda esa terminología. Creo que fue Álex Grijelmo quien analizó el asunto en un libro hace varios años. Lo peor es que se contagia. Un ejemplo: el manido asunto de la consulta popular en 'ausencia de violencia'. Y fuera de ese ámbito, han tenido éxito expresiones como 'tolerancia cero'. Bonita (?) forma de darle vueltas a las cosas a ver si terminan por ser algo distinto de lo que deberían.