Una forma de volver a las andadas como cualquier otra. Pero pisando fuerte, como los buenos estrenos cinematográficos. Este no lo he descubierto yo sino el maestro Hidalgo Bayal, pero sirve para retomar la vieja cuestión que nos ocupa: el rigor en el uso de la palabra hablada y escrita. Véase como bastan dos leves trazos para alterar un sencillo término.
3 comentarios:
Regreso con carcajada. ¡Qué bien!
Querido Romera:
Me recuerda a aquellos juegos en que moviendo solamente dos palillos había que diseñar un apartamento distinto.
En este caso, se trata de añadir solamente dos tabiques, y los LADRONES se transforman en CABRONES.
Bueno, o como cuando le poníamos bigotes a la directora del insti, a CPY: lo hacíamos con dos brochazos de pinturillas Alpino.
Te echábamos en falta, amigo
Me alegra mucho volver a leerte, :)
Saludos
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