3 de septiembre de 2009

*MISERABILIDAD


El adjetivo miserable, advierte el Diccionario de María Moliner, «se usa como insulto muy violento». Pero esa energía desaparece y se convierte en ridiculez cuando tratamos de extenderla al terreno del sustantivo, quizá en la errónea idea de que daña más un hipersílabo inexistente que un término admitido pero de menor tamaño. La diputada Barkos podría haber dicho tranquilamente «canallada», «infamia», «mezquindad» o «vileza» sin salirse del acogedor espacio de los diccionarios. Pefirió «miserabilidad». Ella sabrá por qué.

15 comentarios:

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    1. Los españoles no somos miserables pero tu si

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    2. Jajaja. Los más miserables que hay in the world.

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  2. La diputada Barkos trabajó muchos años de periodista...

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  3. La diputada Barkos trabajó muchos años de periodista...

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  4. La diputada Barkos trabajó muchos años de periodista...

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  5. La diputada Barkos trabajó muchos años de periodista...

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  6. La diputada Barkos trabajó muchos años de periodista...

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  7. Anónimo3:50 p. m.

    con lo fácil que es decir "miseria"

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  8. La "miseria" no habría quedado bien porque se habría salido de la moda archisilábica y añadidora de sufijos.

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  9. Anónimo3:02 a. m.

    Quizás, el tal NaBai con el afán de emitir un concepto de miseria como varialble que se incrementa, propone el término "miserabilidad" como la "habilidad" ó "capacidad" de una persona en esforzarse por ser cada vez más miserable.
    Por favor, lo mío es absolutamente falto de fundamento. Me atrevo a opinar, ya que soy de inventar palabras extrañas, como por ejemplo "deaporsiluego" ó "Apocaelipsis".
    Muy Felíz Año 2017 para tod@s!

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  10. Son expresiones distintas...
    Demasiado obvio como para que lo ignoren tantos amantes de la lengua...

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