28 de abril de 2006

PORTFOLIO


Unas consideraciones sobre la invasión de la palabra portfolio, aquí.

27 de abril de 2006

SOSPECHOSO









Aplicado a los seres humanos, el adjetivo «sospechoso» significa ‘persona cuya conducta o antecedentes inspiran sospecha o desconfianza’. No es raro, pues, oír hablar de sospechosos de asesinato, de robo, de haber cometido alguna infracción al volante o de haber asistido a un recital de Julio Iglesias. Pero parece un poco atrevido este titular donde a un joven que acaba de fallecer se le hace «sospechoso» de padecer el mal de las vacas locas.

Es cierto que su situación inspiraba «sospechas» y que su estado era «sospechoso» porque hacía temer lo peor. Pero de ahí a considerar «sospechoso» también al enfermo va cierto trecho. ¿Quiere decir que, si la autopsia confirma la sospecha de que sufría la enfermedad, se convertirá en culpable?

25 de abril de 2006

*EDIFIO



Por lo visto, al derribar el edificio se llevaron por delante también un par de letras y lo dejaron en edifio (cartel en el Casco Antiguo de Logroño).

24 de abril de 2006

*EXÁMEN



En la sección de Opinión del periódico Ideal digital del 24 de abril firma un profesor su queja contra la situación que padece el sufrido gremio docente. Como su artículo está bien escrito, es de suponer que el garrafal error ortográfico del titular («exámen», con tilde sobre la a) es debido al periódico y no al autor. Sarcástica metedura de pata, que viene a confirmar lo que en el fondo denuncia el texto: el menosprecio de la cultura fuera de la escuela.

21 de abril de 2006

ESQUIZOFRENIA



Una entrada de la siempre estimulante bitácora de Juanjo Jambrina se refiere a la esquizofrenia. Y, a propósito de la distinción entre las denominaciones «esquizofrénicos» y «personas con esquizofrenia» hace su comentario alguien que firma como Simón Suerte, al parecer un profesional de la salud mental. Habla sobre la esquizofrenia con humanidad y sensatez, pero lo que más me interesa es una consideración suya respecto de la invención de palabras para realidades non sanctas. Copio aquí el párrafo (las negritas son mías):

«Podemos dejar de llamarlos esquizofrénicos, psicóticos, locos, jamados, personas con esquizofrenia... Qué más da el nombre: sus problemas persistirán. Siempre he dicho que no es el nombre de la enfermedad el que genera el estigma. Son los comportamientos alterados que esta enfermedad genera en el sujeto enfermo. Ayudémosles a mejorar en su vida laboral, familiar y social, y veremos que el estigma se reduce. Cambiemos simplemente el nombre, y como siempre, todo seguirá igual».

Una reflexión aplicable, sin duda, a muchas otras situaciones de marginación.

20 de abril de 2006

De los nombres de los árboles








Dos especies arbóreas frente a frente. La una, representada por un prestigioso juez apellidado Del Olmo, que ha instruido el sumario por los atentados del 11-M. La otra, representada por un intrépido reportero apellidado Del Pino, que sigue en sus trece buscando errores y contradicciones en el sumario instruido por el otro árbol. No sé si tantos árboles nos dejarán ver el bosque. Por mi parte, me limito a dejar constancia de esta casualidad onomástico-botánica.

HABANOSUMILLER

Otro neologismo. Lo curioso es que todo empezó con unos cuadrúpedos.

19 de abril de 2006

HACER AGUAS

Es inevitable. Si a uno le ponen delante de las narices un titular de periódico como «La pediatría hace aguas», por fuerza le tiene que venir a la cabeza la imagen del Manneken Pis. Aunque el titular pertenezca a una carta al director. La publica hoy 19 de abril el periódico El País en su edición en papel.

De todos es sabido que «hacer aguas» (con «agua» en plural) significa tramitar ciertas necesidades fisiológicas. Y no entro en más detalles porque esto es una bitácora pública. «Hacer agua» (con «agua» en singular), por el contrario, da a entender que algo fracasa o va camino de la ruina y la destrucción. Lo que naufraga, según la autora de la carta, es el ejercicio de la pediatría.

Hasta aquí la crítica al periódico (o a la firmante, vayan ustedes a saber quién metió la pata). Pero hay un lado bueno. El defecto de la edición impresa ha sido corregido en la edición digital. Bueno, corregido a medias. Mientras que la versión de texto simple se mantiene en sus trece, la grabada en PDF enmienda el error y escribe «hacer agua». Rectificar es de sabios.

18 de abril de 2006

SESQUIPEDALIA VERBA



Al oír a alguien que se expresaba con términos exageradamente largos, dijo Winston Churchill: «Las palabras antiguas son las mejores, y las breves, las mejores de todas». Aquí una reflexión al respecto.

ACCIDENTE


«Accidente» es ‘suceso imprevisto’ y especialmente si ocasiona alguna desgracia. Al margen de la causa y de la culpa, el suceso que trajo la muerte a esta infortunada muchacha encaja en la definición de «accidente». Pero su esquela de aniversario, publicada hace pocos días en El Mundo, suena como un grito contra esa degeneración en que cae el lenguaje cuando, aparentando dulcificar la realidad, acaba haciéndola irreconocible. Hay que dar la razón a sus familiares en tanto que nos recuerdan que habría que crear un nombre ad hoc para los accidentes de carretera causados por desaprensivos, a fin de que no suenen como pequeñas travesuras del azar.

GALLEGO

Evidentemente, la iniciativa del Bloque no admite discusión:

El Bloque Nacionalista Galego (BNG) ha presentado una proposición no de ley en
el Congreso para que se eliminen del Diccionario de la Real Academia Española
(RAE) las acepciones del término gallego en las que este gentilicio aparece como
sinónimo de tonto y tartamudo, por tratarse de una “sinonimia prejuiciosa,
estereotipada, vejatoria y peyorativa”.

El pero está en que haya elevado su petición al Congreso de los Diputados y no a la Real Academia Española, que es quien tiene el poder decisorio en la elaboración del Diccionario. Si prospera la iniciativa y el Congreso decide el significado de las palabras, la puerta del idioma quedará abierta de par en par a lo políticamente correcto. Y entonces habremos hecho un pan como unas hostias.

17 de abril de 2006

REALIDAD NACIONAL



En el proyecto de nuevo estatuto de Autonomía de Andalucía se reconoce a ésta como «realidad nacional». Es el desenlace de otro episodio en la historia de tiras y aflojas para obtener denominaciones de identidad que merodeen el ámbito de la «Nación» pero sin llegar a ella como sí ha ocurrido en Cataluña. Un pulso más entre los políticos y las palabras, aunque el desenlace no tenga más repercusión que la simbólica. Eso, y el destrozo en un lenguaje zarandeado, sacudido, desgastado a fuerza de someterlo a continuos juegos de manos. «Realidad nacional»: «realidad» es un sustantivo tan abstracto que abarca todo lo que existe. Tan real es una aldea como un imperio. En cuanto al adjetivo «nacional» (‘perteneciente o relativo a la nación’) , alguien debería haber reparado en que no otorga rango alguno.

«Realidad nacional»: la nada con gaseosa. Pero qué ufanas se les ve a Sus Señorías después de haber puesto una pica en Flandes, después de haberse ganado el sueldo para toda la legislatura.

16 de abril de 2006

CLARO Y CONTUNDENTE

Hay adjetivos hechos el uno para el otro, que acostumbran a caminar juntitos y amarraditos por el bosque de la escritura y por entre las expresiones orales, que han encontrado su media naranja hasta que la muerte los separe. Adjetivos siameses, en fin, como «hecho y derecho», «mondo y lirondo», «puro y duro», «corriente y moliente», «contante y sonante», aunque formando dúos de más mérito porque apenas guardan parecido entre sí y ni siquiera riman como estos otros. Es el caso de esa entrañable pareja que últimamente asoma por todas partes y en cualquier momento: claro y contundente.

Tan estrecho es el vínculo que los ata, que pronto el agua no será «clara» sino «clara y contundente», y los días despejados serán «claros y contundentes», y al blanco del huevo habrá que llamarle «clara y contundente», y quizás las claraboyas pasen a adoptar el nombre de «claras y contundentes boyas». Aquí tienen algunos casos recientes obtenidos casi al azar de diversas páginas de prensa:

Miquel Iceta, portavoz del PSC, lanzó un mensaje claro y contundente a ERC.

El Opus Dei se muestra
claro y contundente en un comunicado sobre el ‘Código da Vinci’.

El PSOE exige al alcalde de Lorca una rectificación pública,
clara y contundente sobre Polaris y Aldama.

El ex-ministro Bono asegura de forma
clara y contundente que a él de la política no le echan las dificultades.

Y hasta la misma Condoleezza Rice dio una respuesta
clara y contundente a las autoridades iraníes a cuenta de la producción de combustible nuclear.

Antes, al hablar claro y sin tapujos le decían 'llamar al pan, pan, y al vino,vino'. Ahora es hacerlo de forma clara y contundente.

14 de abril de 2006

Vacío de contenido



Cuando algo está vacío, es que carece de contenido. Si tiene contenido, deja de estar vacío. De manera que vacío de contenido es un pleonasmo en toda regla.

12 de abril de 2006

COCINA MOLECULAR



Acaban de otorgar a El Bulli el título de mejor restaurante del mundo. Su propietario, Ferrán Adriá, es presentado por la prensa como «abanderado de la cocina molecular».

Uno se pregunta cuánto habrá de denominación técnica y cuánto de papanatismo verbal en ese sintagma de «cocina molecular» que ha dejado anticuadas la «cocina de autor», la «nouvelle cuisine» y la «alta cocina» de años atrás.

«¿Cocina molecular?» comenta con retranca un amigo herido en el bolsillo. «¿Se referirá al tamaño microscópico de las raciones que sirven en estos restaurantes de diseño?»

QUELI




A raíz del Kelifinder, el invento léxico-propagandístico del Ministerio de la Vivienda, se han preguntado muchos cuál es el origen del vocablo «queli». Viene del lenguaje de germanía, donde significa ‘casa’, ‘hogar’. Pero, entre aclaración y aclaración, a la palabra le ha aparecido un homónimo no exento de incorrección política. Al parecer también algunos llaman «queli» a las empleadas de la limpieza. Y aquí la etimología no admite discusión: la queli es «la que limpia». Técnicamente se trata de un metaplasmo por apócope. En la práctica, una ordinariez.